Si hay un accesorio de belleza capaz de transformar tu melena desde el primer uso, es un buen cepillo. Y cuando das con el cepillo, ese que desenreda sin romper, que aporta brillo de forma natural y que convierte tu rutina capilar en un auténtico ritual sensorial… lo sabes.
Pero incluso el mejor cepillo del mundo necesita ciertos cuidados para acompañarte durante años. La buena noticia: mantenerlo perfecto es facilísimo si sigues estos 4 pasos esenciales.
1. Retira el cabello después de cada uso
Después de cada cepillado, elimina los restos de cabello con un peine, siempre de lado a lado.
Este pequeño gesto evita la acumulación de residuos y mantiene las cerdas trabajando como el primer día.
2. Limpia la almohadilla con el Cleaning Brush
Con el tiempo, la almohadilla puede acumular restos de grasa natural, polvo o producto. Para eliminarlo correctamente, utiliza el Mason Pearson Cleaning Brush, un pequeño cepillo diseñado especialmente para este fin.
Viene incluido en los modelos medianos y grandes, aunque también puedes adquirirlo por separado.
Cógelo con firmeza y deslízalo entre las cerdas de abajo hacia arriba.
3. Haz una limpieza profunda regularmente
Cuando notes que tu cepillo ha acumulado más producto del habitual —sobre todo si usas aceites, sérums o leave-ins— es momento de una limpieza profunda.
Mezcla un poco de agua tibia y un jabón suave para humedecer el Cleaning Brush y deslízalo de abajo hacia arriba entre las cerdas.
Si quieres que la limpieza sea aún más eficaz y respetuosa con la fibra natural del cepillo, te recomendamos usar el Mason Pearson Hairbrush Cleanser Formula.
Este limpiador específico está formulado para:
- Eliminar grasa, polvo y restos de producto sin dañar las cerdas.
- Conservar la elasticidad de la almohadilla.
- Mantener el brillo natural del cepillo y prolongar su vida útil.
Es el complemento perfecto para quien quiere cuidar su cepillo con la misma calidad con la que cuida su cabello.
4. Sécalo siempre al aire y boca arriba
Una vez limpio, deja que tu cepillo se seque al aire y boca arriba.
Y recuerda: nunca lo sumerjas. Si entra agua por el orificio de la almohadilla, perdería su amortiguación característica.
Cierre: protégelo y disfrútalo
Guárdalo siempre limpio, seco y protegido del polvo. Una bolsita de algodón es perfecta para conservarlo en óptimas condiciones.
Este cepillo es una joya. Cuídalo como tal.
¿Ya tienes el tuyo?