Te contamos paso a paso el orden en que debes aplicar tus productos para que realmente funcionen
Una de las preguntas que más nos hacen nuestros clientes es cuando debe aplicarse cada producto. ¿Qué viene primero, el serum o el tónico? O espera, ¿era el aceite facial? ¿Eso va antes o después de la crema hidratante? ¿Qué pasa con los exfoliantes?
Tenga tres o siete pasos –no tienes que usarlo todo cada día– es fundamental saber el orden en que debe aplicarse cada producto de tu rutina de belleza para lograr (los máximos) beneficios. La regla general es aplicar el más ligero primero y el más pesado al final, ya que los productos molecularmente más pequeños no pueden penetrar los productos de mayor tamaño.
La regla general es aplicar el más ligero primero y el más pesado al final.
1. Limpieza
No nos cansaremos nunca de decirlo. La limpieza es el primer paso y el más importante de la rutina de belleza. Repítelo por la mañana –de una forma más liviana– y por la noche doblemente. Tu piel te lo agradecerá.
Pero, ¿qué es la doble limpieza? Por la noche, utilizar 1 solo limpiador es como ducharse con la ropa puesta. Primero debemos deshacernos de esa primera capa de suciedad formada por el maquillaje, el protector solar y demás residuos que se acumulan en la piel a lo largo del día. Recuerda que para disolver tales residuos sin irritar la piel, es necesario utilizar un aceite o bálsamo limpiador, como Agent Nateur holi (Cleanse) o Twelve Clementine Cleanse Balm.
Sigue con tu limpiadora habitual para llegar a capas más profundas de la dermis, descongestionar los poros y conseguir un cutis fresco y saludable –una de nuestras favoritas es Tata Harper Regenerating Cleanser. Entonces estará listo y receptivo para todo lo que apliques después.
Con la exfoliación logramos que la piel "respire" mejor.
2. Exfoliación
La piel se renueva de forma natural cada 28 días pero, muy a menudo, las células muertas no se eliminan del todo. Entonces, la piel no puede oxigenarse adecuadamente ni absorber humedad y nutrientes. En pocas palabras, con la exfoliación logramos que la piel respire mejor. No se recomienda hacerlo más de 1-2 veces por semana.
A pesar de tener un lado completamente beneficioso, no te olvides de tomar algunas precauciones antes de realizar cualquier exfoliación. Si tienes una piel seca o sensible, evita los productos abrasivos y elije una fórmula creada específicamente para este tipo de piel, como los peelings Susanne Kaufmann Enzyme Peel o Juice Beauty Green Apple Peel Sensitive.
3. Mascarilla
A diferencia de las cremas o los serums, las mascarillas tienen un contacto prolongado con la piel permitiendo que sus ingredientes penetren más profundamente. Estas fórmulas actúan como pequeñas explosiones de activos concentrados y logran darle al cutis un impulso instantáneo. Puedes aplicarlas 1-2 veces por semana para conseguir resultados o utilizarlas como tratamientos de rescate para 'emergencias' cutáneas. ¿El mejor momento para aplicarlas? Después de la limpieza y la exfoliación, cuando la piel está más receptiva. Si buscas un extra de hidratación echa un vistazo a la fórmula Aesop Blue Chamomille Hydrating Masque; y como tratamiento purificante, May Lindstrom The Problem Solver será tu mejor aliada.
4. Bruma o tónico
En el pasado, los tónicos solían ser líquidos a base de alcohol que irritaban y resecaban la piel. En la actualidad, están llenos de ingredientes hidratantes, o bien de exfoliantes químicos que ayudan a tratar brotes, manchas o falta de luminosidad. Además restauran el pH de la piel, preparan el rostro para que tanto tus serums como cremas se absorban mejor.
La piel del contorno de ojos es la más propensa a la sequedad y la primera en manifestar los signos del envejecimiento prematuro.
5. Contorno de ojos
La piel debajo de los ojos es la más delicada –cinco veces más fina que la del resto del rostro–, las más propensa a la sequedad y la primera en manifestar los signos del cansancio o del envejecimiento.
Suele ser el producto de la rutina de belleza más costoso por la cantidad de activos por ml y es que en esa zona hay mucho trabajo que hacer. Así que asegúrate de aplicarlo en el orden correcto. Masajea la cantidad equivalente a un grano de arroz por la zona que cubrirían unas gafas de sol. Estas fórmulas no solo tratan las arrugas, también impulsan la circulación, reducen la inflamación de las venas y evitan la acumulación de fluidos y grasa minimizar bolsas y ojeras.
Tip: aplica el excedente por las sienes, el ceño, los párpados y el contorno de los labios.
Los serums llegan hasta las capas más profundas de la epidermis pero al mismo tiempo tienden a evaporarse. Debemos sellarlo con una crema o aceite.
6. Serum
Si tuviéramos que invertir en un solo producto, definitivamente, lo haríamos en un serum potente. Es un paso esencial en cualquier rutina de belleza ya que se trata de la mayor fuente de ingredientes activos de tu piel. De hecho, son el producto encargado de tratar los problemas específicos, desde primeros signos de la edad a arrugas profundas y manchas. Piensa en el serum como la herramienta personalizada que cuida de tu piel.
Hay dos cosas más que debes saber: las fórmulas de base acuosa como los serums deben aplicarse sobre la piel antes de las fórmulas con base de aceite como las cremas (recuerda: el aceite lo penetra todo, pero no todo penetra el aceite).
Debido a su bajo peso molecular, los serums llegan hasta las capas más profundas de la epidermis pero al mismo tiempo tienden a evaporarse de la superficie de la piel, por ello deberemos sellar sus beneficios con una crema o aceite. Espera de 20 segundos a 1 minuto a aplicar el siguiente producto.
7. Crema, aceite o ambas cosas
Estas fórmulas son la clave para evitar la pérdida de agua de la piel y sellar la acción de los sueros aplicados. Es un paso del que no puedes prescindir. En caso que incluyas un aceite en tu rutina este deberá aplicarse siempre al final. Encuentra la que mejor se adapte a tu tipo de piel y estilo de vida, aquí.
Considera el protector solar como un producto antiaging.
8. Protector solar
Y, en último lugar, pero no menos importante: el protector solar. Considéralo un producto antiaging. Los rayos UVA penetran la piel destruyendo su elasticidad y causando envejecimiento prematuro. Elige entre una fórmula con filtro físico como Kypris Pot of Shade Heliotropic, o mineral como Sepai City Shield SPF 50 y aplícalo al final de tu rutina de día.