¿Por qué elegiste mantener todas sus fragancias naturales?

 En realidad, esa es la razón por la que fundé Abel.  Nunca encontré un perfume 100% natural dentro de la categoría de nicho que también fuera moderno, elegante y duradero. 

Trabajamos solo con ingredientes derivados de plantas, pero también con la ciencia más avanzada para no comprometer la calidad a las que estás acostumbrado en una fragancia de autor.

¿Cómo ves el futuro de las fragancias naturales? ¿Crees que el otro tipo de perfumería va a desaparecer?

Cada día estamos viendo cada vez más crecimiento y dinamismo en el sector. Creo que los clientes se han dado cuenta de lo que hay en su perfume y no veo que eso vaya a cambiar, la gente solo se volverá más y más consciente. 

Ahora estamos realmente enfocados en la próxima evolución – investigamos la repercusión que tiene la cadena de suministro y cómo se descompone el packaging de tu perfume en el medio ambiente-. Personalmente, creo (¡y espero!) Que la gente comience a rechazar los ingredientes a base de petróleo (no renovables, no biodegradables), esto forzará más cambios y creatividad en la industria.

Si vemos las personas y estructura que hay detrás de Abel son una imagen muy real del mundo que vemos hoy, con diferentes culturas y etnias mezcladas. Tu eres de Nueva Zelanda, el perfumista vive en Sao Paulo, las oficinas centrales están en Ámsterdam y el director comercial tiene su sede en Boston. ¿Este punto de multiculturalidad aporta algo a la marca?

Sí, para nosotros siempre se ha tratado de las personas ... ¡tendemos a no dejar que la geografía se interponga en el camino de trabajar juntos! ¡No simplifica las cosas, pero las hace interesantes! No hemos podido viajar, lo que ha dificultado el trabajo a través de las fronteras en equipo, pero también es mucho más común que las personas trabajen desde casa, ¡así que en cierto modo nos adelantamos a la tendencia!

La viticultura y la perfumería tienen muchos puntos en común. Más allá de la parte sensorial, en Abel qué puntos concretos conectan la viticultura con la perfumería.

El desencadenante emocional del aroma se encuentra en ambos tanto en el vino como en el perfume, al igual que las profundas raíces en la cultura del sur de Europa. Ambos productos se crean para mejorar nuestras vidas, son ricos, se estructuran por capas y, sobre todo, ¡aportan nos dan alegría!

Si tuvieras que componer una fragancia inspirada en Barcelona, ¿Cómo la harías?

¡Tendría que reflejar a la gente! Para mí, ese es realmente la clave de la cuestión: el color y el estilo de la región, la música, el calor. Para mí, Barcelona sería una fragancia con alta energía y vibración: notas de salida brillantes, equilibradas con un acorde de corazón sofisticado y una base urbana áspera ... ¡Ahora esto suena como una fragancia que me gustaría explorar!

"Nunca habrá suficientes horas en el día para dar todo lo que quiero, pero puedo darlo todo en los momentos que tengo"